Cada vez que tengo la oportunidad me gusta ejercitarme. Uno de los ejercicios que práctico, aunque en realidad no me gusta mucho es el correr. Pero cuando lo hago voy al gimnasio y corro en una trotadora, no suelo ir a la pista o correr por las carreteras cerca de mi casa, por varias razones.
La primera es que no me gusta correr bajo el sol, la segunda es que cuando lo hago termino con más dolor en mi cuerpo y la tercera es porque en la trotadora no corro el riesgo de que me atropelle un carro. Lo curioso de correr en una trotadora es que aparenta que estás haciendo el mismo esfuerzo que corriendo al aire libre, también sudas, pero en realidad por más que corres no estás avanzando a ningún lado.
Soy de los que me gusta analizar las cosas detenidamente, y he podido darme cuenta que en algunas ocasiones en mi vida ha parecido que estoy corriendo en una trotadora espiritualmente hablando. ¿Por qué? Porque en ocasiones he tratado de hacer las cosas a mi modo, he persistido en hacer algo en mis propias fuerzas y he pasado por alto que yo no puedo dejar a Dios fuera de mis planes.
Las veces que lo he hecho no me ha ido nada bien, por más que intente, por más que insista, mi progreso ha sido casi nulo, parece como si estuviera corriendo en la trotadora, que por no importa cuánto corra no estoy progresando, sino que sigo en el mismo lugar.
Proverbios 3:5-6: Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.
Sabes, por experiencias de la vida he podido comprobar que nunca debo depender ni de mis propias habilidades, talentos e inteligencia ¿Por qué? Porque todo eso está limitado, mi entendimiento y mis capacidades se quedan demasiado cortas delante de un Dios que todo lo ve y todo lo sabe. Y no solo eso, sino que como el padre perfecto que es, Dios siempre desea lo mejor para sus hijos.
¿Entonces por qué no poner toda mi confianza en Él? No tengo la menor duda de que no importa lo que me proponga hacer o decidir en un futuro haré mi mejor desempeño y tomaré las mejores decisiones depositando toda mi confianza en mi padre celestial, mi reto para ti hoy es que lo intentes tú también, te aseguro que todo te saldrá mejor.